sábado, 23 de junio de 2012

Confusion y aprendizaje

A veces como docente uno se preocupa mucho por que ve en los jovenes una cara de que no entendieron nada o que todo lo que se trabajo en clase antes los enrredo mas... pues bien reciente investigacion apunta a que la confusion puede llevar a mejores aprendizajes;  les comparto el texto

un saludo Jesus Villa


Glenys Álvarez / Actualizado 21 junio 2012
La confusión no suele tener buena defensa. Sus resultados prometen negativas consecuencias; de hecho, prestar atención y tener una fresca capacidad de concentración son estimados pilares importantes en la vida. Sentirnos aturdidos, perder la capacidad para enfocar las neuronas en las tareas o hasta esa idea de concebirnos perdidos en la vida y no tener un GPS con caminos hacia metas específicas, no son emociones bienvenidas. La confusión no suele ser adoptada sensiblemente y se acepta como algo temporal; su duración molesta y está asociada a unos aspectos terribles de la vida, como la demencia y el Alzheimer.

Tampoco se entregan premios para el alumno confundido. Se equipara con aquel que no aprende o que no tiene la capacidad de aprender, algo que, afortunadamente, muchos profesores han obviado, intentando cambiar el soporífero status quo hacia un jardín donde los que no entienden pueden hacer preguntas y aprender de distintas formas. Ahora, unos nuevos experimentos nos hablan de la efectividad de la confusión en los más altos malentendidos del aprendizaje. De hecho, de acuerdo con investigadores en las universidades de Notre Dame y Memphis, cuando se trata de instrucción compleja, la incertidumbre y el desconcierto son preferidos.

“La confusión mientras se aprende puede ser muy beneficiosa si es apropiadamente inducida, efectivamente regulada y finalmente resuelta”, explicó Sidney D’Mello.
Inducir confusiónJunto a Art Grasser, de Memphis, los investigadores indujeron confusión en tareas de aprendizaje varias que estuviesen caracterizadas por tópicos conceptuales dificultosos. D’Mello es también especialista en inteligencia artificial, interacciones entre humanos y máquinas y las ciencias del aprendizaje, lo que facilitó la elaboración de las pruebas. Los resultados eran claros, aquellos que fueron víctimas de la confusión aprendieron de forma mucho más efectiva y eran capaces de aplicar el conocimiento obtenido a problemas nuevos.

Los experimentos estaban basados en la interacción entre los humanos y agentes animados a través de programas de computadora. Los sujetos se involucraban en conversaciones con estos agentes donde discutían juntos investigaciones científicas que tenían un fallo en algún aspecto crítico. El grupo, animado y no, se internaba en una conversación donde todos colaboraban, luego comenzaban a discutir de algún tema en específico, alguna teoría, nos dan el ejemplo de una hipotética píldora dietética con un sinnúmero de méritos pero con un fallo crucial: no fue incluido un grupo control apropiado durante su investigación.

Los agentes virtuales crearán la confusión. Promoverán rumores sobre el estudio, ofrecerán información incorrecta y muchas veces contradictoria; también comenzaban a discutir entre ellos con grandes desacuerdos y datos manipulados. Luego de esta ofuscada sesión, los agentes piden a los sujetos voluntarios que se decidan al respecto: ¿cuál de las opiniones tenía un mayor mérito científico.

Por supuesto, en otros grupos controles, estas medidas no fueron tomadas y los sujetos no fueron confundidos.

No es aconsejable confundir

“Los sujetos que fueron confundidos tuvieron mejores notas en pruebas después del experimento y podían encontrar fallos en otros problemas exitosamente. Hemos estamos investigando enlaces entre las emociones y el aprendizaje por casi una década, y encontramos que la confusión puede ser beneficiosa para el aprendizaje si es regulada de forma apropiada porque puede causar que los estudiantes procesen el material más profundamente con el fin de resolver la confusión”, explicó D’Mello.

Pero este tipo de confusión no es aconsejable en los centros de estudios cuando los estudiantes están luchando para comprender actividades básicas pero complejas. Estas intervenciones están dirigidas a profesionales estudiantes de alto nivel que desean ser retados con tareas difíciles, están dispuestos a fracasar y a manejar emociones negativas cuando eso ocurra.

“También es importante que los estudiantes estén productivamente confundidos, no desesperanzadoramente. Cuando hablamos de confusión productiva nos referimos a que la fuente de la confusión está cercanamente relacionada al contenido de la sesión de aprendizaje, además, los intentos de los estudiantes para resolver su confusión y el ambiente de aprendizaje proveen con ayuda cuando el estudiante anda batallando con respuestas incorrectas. Además, cualquier información inexacta integrada en una de estas técnicas de inducción de la confusión, debe ser corregida durante la sesión de aprendizaje, como hemos hecho en los experimentos actuales”, concluyó D’Mello.

La próxima idea de los investigadores es aplicar estos métodos en dominios como el de la física, donde los malentendidos son comunes.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Agradecemos sus comentarios. Demostremos cultura y educación al momento de expresrnos.